Estabamos viajando desde el extremo suroeste de Oklahoma cruzando la frontera con Texas para llegar a Vernon. La GPS del coche dijo, “¿Quieres evitar carreteras no pavimentadas?” Por supuesto, quería usar las carreteras con pavimento. Respondió, “Tu destino está en carretera no pavimentada.” No sabía lo que nos esperaba pero cuando llegamos a la iglesia Templo Ebenezer el doming 12 de agosto. Encontramos un edificio realmente hermoso, amplio, moderno, con un decorado de muy buen gusto, y una congregación preciosa. Pastor Fabricio Reyna y familia han estado en esta iglesia sólo un par de años pero con experiencia en el ministerio en México. El pastor nos había avisado que acaban de adoptar un nuevo misionero y la congregación contribuye a 5 o 6. Estabamos satisfechos con predicar la Palabra con énfasis sobre la Persona y Poder del Espíritu Santo deseando ser una bendición a la congregación y reforzar la base de su programa misionero. Cyndie y yo no gozamos grandemente cantando muchos de los himnos que cantamos en nuestra iglesia en Alcalá junto con coritos muy antiguos como “Hay vida, hay vida en Jesús!” Después de predicar la Palabra (de forma bilingüe) y dar testimonio de los milagros, señales y prodigios de lo cual hemos sido testigos oculares, hubo un tiempo extendido de oración en los altares muy bendecido. Después, la pastora sintió una presencia del Señor muy especial y llamó a los altares a todos los que sintieron un llamado al pleno servicio del Señor en una capacidad u otra para que orásemos por ellos. Se llenaron los altares de nuevo. Siguió un tiempo saludando a la gente y algún consejo persoanl con oración. Luego salimos con la familia pastoral a un pequeño restaurante hogareño y charlamos hasta la hora del cierre. Gracias Pastor Fabricio Reyna y su congregación por su cariño, sus oraciones y su generosidad. Esperamos que muy pronto nos adopten para unirnos con los misioneros que ya sostienen. ¡Adelante con el buen trabajo que están realizando!